EL REY DEL WHITE TRASH Y YO

Mujercitos Magazine
5 min readSep 12, 2020
ArtCover por La Mamarracha

Por Victor Fernández

La segunda persona que comencé a seguir en Instagram y la primera a la que le escribí por privado fue a Chuck Palahniuk.

Con mi amiguito Chuck no aplica la famosa frase “o lo amas o lo odias”. Yo diría que si te quedas con él es porque eres un masoquista pervertido y si lo abandonas, eres un puritano católico.

El primer pinchazo en la nalga me lo dio con Snuff. Después de terminarlo fui corriendo a escribirle. Le conté que por su culpa no había vuelto a ver un porno sin que me pareciera una película de terror. Le conté que no había vuelto a masturbarme sin preguntarle a la actriz por qué se dedicaba a eso o sin hacerme historias en la cabeza sobre aquellas actrices que habían terminado siendo sodomizadas en la parte de atrás de una van, por un tipo con el pene del tamaño de ellas. Pero lo más traumático de todo fue que nunca me contestó.

Poco tiempo después volví a escribirle contándole que la escena donde Tyler conoce a Tyler era mejor en el libro que en la película (mentira, lo hice para tratar de llamar su atención). Lo felicité por haber escrito la novela gay más fabulosa que había leído en mi vida. Incluso, le dije que hacía tiempo había pensado sabotear un poste de la luz que está por mi casa y que, gracias a sus fórmulas de permanganato potásico mezclado con azúcar, peróxido de bario y polvo de zinc y nitrato de amoníaco con aluminio en polvo, ya podía llevar a cabo mi plan. Creo que este mensaje lo asustó.

Pasados unos días volví a conectarme, cuando aquello no había datos y la wifi siempre ha sido cara. Yo ya había leído Pigmeo. Qué tal Chuck, le puse, veo que no has leído mis últimos mensajes, no importa, debes estar muy ocupado. Recientemente leí Pigmeo y tengo que decirte que ahora mi mente se ha aclarado, quizá yo no sea como Tyler, pero sí creo que pueda armar mi propio Proyecto Estragos. Gracias por todo Chuck.

Mi propio Proyecto Estragos comenzó con varias cartas de advertencia y terminó en una condena a cinco años de prisión domiciliaria por daño a la propiedad pública.

Durante ese tiempo seguí leyendo a Chuck. Incluso le di promoción. Cuando tuve ante mis ojos el cuento Tripas, se lo enseñé a todos mis amigos, y le volví a escribir: Chuck, le he enseñado Tripas a todos mis amigos, me prometieron que se apuntarían a tu página web. Ellos son un poco mentirosos, por favor, revisa en tus subscriptores y dime si tienes dos nuevos. Un beso de Vick para Chuck, le puse al final, pensando que él ya sabía de mi existencia y que éramos como mejores amigos a distancia.

Querido Chuck, hoy fue mi juicio. Fue bastante injusto, en este país no hay cabida para nadie con ideas geniales. Tampoco hay cabida para nadie que tenga principios. Tú me entiendes. Me condenaron a cinco años de prisión domiciliaria por intentar echar ácido sulfúrico en el motor que bombea agua para mi barrio y el barrio vecino. Yo solo quería dar un mensaje. Ahora dicen que tengo que trabajar para el Estado y que me ubicarán. Dicen que soy un enemigo de la nación pagado por tu presidente; sé que votaste por Obama, a mí no me gusta, pero respeto tu voto. Yo ahora no voy a poder votar, bueno, aquí tampoco hay elecciones, pero no importa. Un beso grande Chuck, te iré contando todo lo que suceda.

Lo de arriba se lo escribí un día bastante horrible para mí. Mi vida cambió, pero por suerte, ese mismo día encontré Superviviente. Tiempo después le escribí: Chuck, las plegarias de Tender Branson me han ayudado mucho. Sobre todo, la plegaria para silenciar alarmas de coches. La utilizo para que la gente se haga mutis a mi alrededor. ¿Estás preparando un libro nuevo? Es que nunca me has contestado, no importa. Un beso de Vick para Chuck.

Luego de esto leí Rant y Diario. Le escribí, pero solo para decirle que Rant me había gustado más que Diario. Y una noche, sintiéndome completamente ignorado por Chuck Palahniuk, que para mí ya había dejado de ser un escritor para convertirse en un empresario que no mira a nadie, le escribí lo siguiente: Chuck, ¿has leído a este tipo, Dennis Cooper? Si no, deberías hacerlo, tiene libros mucho más perturbadores que los tuyos.

Después de ese mensaje estuve mucho tiempo sin leerlo y sin escribirle. La relación se había vuelto venenosa. Yo abriéndome con él y el hijo de puta de Chuck Palahniuk ni me contestaba. ¿Era muy difícil que un hombre blanco, gay, famoso y rico le escribiera a uno? Creo que sería un lindo acto de decencia, con alguien que se detiene a leer tus libros, enviarle al menos un corazón rojo o un mensaje programado para los stalkers. A esa altura de mi vida lo odiaba. Todavía estaba preso y él, lo único que estaba logrando era que me arrepintiera de haber leído sobre el Proyecto Estragos, además de jalarme, lentamente, hacia una homofobia sin retorno.

Mi último intento por salvarlo fue hace poco. A punto de quitarme de encima las consecuencias de mi propio Proyecto Estragos, me entero de que va a comenzar su gira promocional para su primer libro de cuentos Consider This y que va a regalar brazos plásticos a los primeros lectores que lleguen a las presentaciones. Eso lo hace siempre, le ha regalado ositos de peluche y toda la mierda que se le ocurra a cualquier estúpido menos a mí. En este mensaje le pedía que me enviara un brazo plástico autografiado, que no iba a poder ir a ninguna presentación porque estoy en un lugar terrible llamado Cuba y preso por haber hecho mi propio Proyecto Estragos. También le puse que no enviara el libro, que ya lo había descargado ilegalmente en español y lo felicitaba por el 4to y 6to cuento. ¿Saben lo que hizo el maricón de Chuck Palahniuk? No se impresionen por lo que les voy a decir. No me contestó. Esa fue la gota que colmó el vaso.

Con el vaso derramando ácido le escribí un mensaje tres días después. En él simplemente lo amenazaba de muerte y le decía que lo iba a perseguir hasta encontrarlo y que le iba a cortar las manos y la lengua, para que no pudiera escribir más ni dictar nada, y que se olvidara del equipo Vick and Chuck. Pasó un tiempo, y volví a leer un libro del ser que más odio sobre la tierra. Leyendo Error Humano me di cuenta de que Chuck no podía ser una mala persona. No puedes ser una mala persona cuando le dedicas diez páginas de un libro a Marilyn Manson. Borré los mensajes que le había mandado y le puse uno lleno de amor. El equipo Vick y Chuck estaba de vuelta. ¿Y saben qué? Esta vez tampoco me contestó.

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