Entramos al Club de los 27

Mujercitos Magazine
5 min readAug 5, 2021

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ArtCover por Ray Veiro

Aldo Daniel

Para leer esto tienes que darle play a un tema random del grupo argentino Cienfuegos (yo, personalmente, estoy oyendo «¿Querés saber lo que es estar muerto?»). A mí no me encanta Cienfuegos, pero siempre viene bien algo punk si vamos a hablar de Comunismo. ¿No?

Cienfuegos no es punk, sino post-punk — dirán.

¿Acaso no estamos ahora en el “post-comunismo”? — diré.

Así que, si no tienes el tema, métele al y2mate, que los datos móviles no están solamente para sextiar con niñas de catorce años.

El caso es que Cuba trae de fábrica un complejo napoleónico arquetípico. Nada del otro mundo. Le pasa a todas las islas, más o menos, grandecitas (Japón, Inglaterra, etc). Nosotros todavía no hemos llegado a la parte en la que intentamos conquistar el mundo (o al menos no nos han dejado llegar a esa parte). Pero tenemos la misma necesidad de protagonismo que un hijo único hemofílico de padres divorciados.

Hay algunos grupos a los que no pertenecemos, y eso nos hiere el orgullo. Grupos como la Liga Árabe, la Unión Africana, la Internacional Anarquista y el CAME. Es verdad que en el CAME dimos buena talla, pero ya no la damos, ni nosotros ni nadie. Igual la gente llora por eso.

En fin, que me desvío más que la columna de un poliomielítico.

Ahora no hablemos de grupos, organizaciones o cumbres. ¿Sabes a qué Club famoso sí pertenecemos? Sí, muchachitas originales que llevan el flequillo de esa protagonista tan guay de la serie Fleabag. Sí, muchachones que andan por ahí repitiendo las curiosidades que vienen en el paquete con tal de singar hasta que la próstata aguante. Me refiero al “Club de los 27”.

(Comerciales otra vez).

Busca otra canción de Cienfuegos en Y2mate y métele. Te recomiendo La eternidad, está bastante buena, le fusila un poco a Extremoduro, pero se puede perdonar. Volvemos en 5, 4, 3, 2…

¿Y quién puede habernos dado el honor de pertenecer a un Club tan fanzi?

Tengo que reconocer que no fue fácil encontrarlo. Me sabía el dato desde que era un niño, un día caí en la relación y me dije ¡Coño, este socio se coló entre Richard Johnson y Brian Jones! Lo difícil fue comprobar que era el único: nuestros Litstars [1] suelen durar bastante, los trovadores también, el cine anda por el mismo camino y no sé si se incluyan pintores o bailarines en el Club.

Así que tuve que acudir a la mayor cantera del Club de los 27: las Rockstars. ¿Y cuál sitio mejor que nuestra Mega Rock Band?

— ¡Qué Mega Rock Band ni que pinga!

— La Revolución Cubana papi. Métete la pinga en la boca y lee más (mi otro artículo, donde explico la talla).

Después de escudriñar morbosamente las ejecuciones más trágicas en la Ecured, no hice sino confirmar mi candidato inicial (aunque Fidel estuvo cerca de encumbrarse, ya que asaltó el Moncada a punto de cumplir 27 años, pero Universo Sánchez le saló la jugada.

Entonces, ¿quién, entre todos los integrantes de nuestra Mega Rock Band logró entrar al Club de los 27?

Si no me has desobedecido, estarás escuchando ahora mismo una canción de un grupo que se llama como él (o, mejor dicho, que se llama como se apellida él).

Pues sí…

Lo adivinaste…

No podía ser otro que…

(SONIDO: TAMBOR DE LABADORA SECANDO).

¡Camilo “El Señor de la Vanguardia” Cienfuegos Gorriarán!

(Cuidado, que ese tipo fue un durísimo, hago toda esta parafernalia porque the show must go on).

Camilo Cienfuegos cumple los requisitos con excelencia: era una superestrella, y murió con 27 años. Pero no solo eso. Aunque existe una historia oficial y una historia chismeada, no nos casemos con ninguna, tengamos el beneficio de la duda. En primer lugar, su carrera estaba en pleno ascenso, como suele pasar con todos los del Club. Y en segundo lugar, su avión se perdió en el mar: muerte trágica y misteriosa. Hay quien afirma que no fue un accidente, sino que fue asesinado por Fidel. ¿No es eso lo que dicen de Brian Jones y Mick Jagger?

Otros tantos dicen que decidió desvincularse de la Revolución Cubana y, para evitar la responsabilidad que pesaría sobre él, se marchó a vivir una vida incógnita en algún paraje desconocido. ¿Y Jim Morrison?

Así que no te preocupes si no pertenecemos a la Unión Europea.

— ¡Imbécil! ¿Y de dónde mierda sacas que Cuba pueda pertenecer a la Unión Europea?

(Es agresiva esa voz auxiliar que de vez en cuando aparece)

— Nada, chico, que el otro día un señor con guayabera dijo en la cola de la papa: Mira a los europeos, están loquitos por Cuba. Ahorita estamos metidos en la Unión ¡Y ahí te voy a hacer un cuento yo a ti!

Desconozco sus fuentes, desconozco si Bruselas tiene pensado compensar el Brexit con un Cubin (o un CubOn, o un InCuba, ¡o un OnCuba!). Desconozco si se puede entrar en la UE sin estar geográficamente en Europa. Pero si algo conozco bien, es a los señores en guayabera, y suelen estar bien informados.

En fin, ¿qué es más cool? ¿Unirse a semejante costra de ex potencias coloniales, o tener un miembro nacional en el Club más guay y hípster de toda la historia? Creo que la decisión es obvia.

Por cierto ¿Ya se acabó la canción? ¿La pusiste en algún momento siquiera? ¿No?

Pues, no hay problema, tampoco me voy a cagar en tu madre por semejante nimiedad. Aunque la voz auxiliar puede que sí lo haga, no me responsabilizo por ella, actúa dentro de los límites de la espontaneidad.

[1] Lítstar: Concepto análogo de la Rockstar en el mundo literario. Los expertos sitúan a Camilo José Cela como el primer Lítstar, cuando declaró que podía absorber un litro de agua por vía anal. Yo pienso que Quevedo y Góngora, con sus tiraderas mutuas, bien podrían ser las primeras Lítstars.

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